Todos somos diferentes

En las clases en las que habéis estado y estaréis suele haber aproximadamente unos treinta alumnos. Si os fijáis, cada uno es distinto al resto, absolutamente todos somos diferentes. Y me refiero a la forma de ser, por supuesto. Los hay más extrovertidos, participativos,  graciosos, y a veces, unos más que otros, os pasáis un poco y tengo que llamaros la atención.  También los hay más tranquilos, otros parece que se centran más en los estudios, algunos pueden ser más tímidos incluso, aunque cuando hablas con ellos te das cuenta de que esconden muchísimas cosas buenas y son tan divertidos como el que más. En los treinta alumnos, todas estas características se dan en mayor o menor medida, unos tienen un poquito más de esto o un poquito de aquello, destacan más por unas cosas o por otras, pero siempre tienen algo que aportar. A los profes nos interesa sacar lo mejor de vosotros, pero sin descuidar vuestra buena educación, es decir, que aprendáis a manifestaros cuando sea necesario y que sepáis también contener vuestros impulsos, por el bien vuestro y el de los demás. Vosotros debéis ser conscientes de todo esto, pues todos lo comprobáis a diario en el aula. Tenéis que saber que cada uno tiene unas cosas buenas que hay que potenciar para intentar mejorar cada día y hacer mejores a los que nos rodean.